LO MIO ES EXCESO DE INTELIGENCIA.
TENGO TAL CANTIDAD, QUE NO ME CABE EN LA CABEZA Y HA TENIDO QUE REPARTIRSE POR TODO EL CUERPO.
NO SÉ QUIÉN DIJO ESTO, PERO TENÍA MUCHÍSIMA RAZÓN.

martes, 20 de abril de 2010

UNA AVENTURA

Bueno, creo que llegó el momento de contar mi aventura, porque todos conocemos los riesgos y pienso que debo compartirlo con vosotros.
No pretendo asustar a los que aún se tienen que operar, pero las cosas claras.

Me operaron el jueves 8 de Abril de 2010. La operación, un bypass, un éxito. El 11 estaba en casa empezando mis pautas de alimentación. Yogur, compota de pera y manzana, sopa de sémola...todo en pequeñas cantidades y aún así yo notaba que no podía comer. Pero pensé que la operación era muy reciente y debía darme tiempo. No era así.
El lunes 12 por la noche, sobre las 21 h. vomité un coágulo de sangre del tamaño de un plato grande. Mi primera reacción fue ponerme a llorar y gritar de miedo. Mi familia pidió una ambulancia porque no me veía capaz de llegar al coche sin desmayarme.
En la ambulancia me dio un mareo y vomité sangre, por lo que vi debía ser un litro más o menos. La tensión a 10 y bajando.
En el hospital me entraron directamente a urgencias donde, al cabo de una hora, volví a vomitar. Entonces me pusieron una sonda naso-gástrica para limpiar el estómago con suero frío.
A todo esto mi marido estaba que se moría. Le dejaron entrar conmigo menos cuando me hacían los lavados.
Después una gastroscopia, en la que no vieron nada porque había mucha sangre. Al terminar, me quedé dormida porque me habían puesto un sedante ligero, que no impidió que me enterara de todo.
De vuelta a urgencias, no pasó ni una hora, me dicen que me tienen que volver a sondar. La verdad es que lo hicieron con todo cuidado.

A pesar de lo mal que estaba me sentí bien porque me cuidaron perfectamente. De nuevo lavados con suero frío y me dejan la sonda puesta con una bolsa. No tengo idea de las horas que pasaron con los lavados de estómago.
Me la quitan el miércoles por la tarde, cuando ven que ya lleva horas sin salir sangre. Otra gastro en la que no ven nada claro.
No sé bien en qué momento dejé de tener idea de en qué día y a qué hora vivía, tampoco me importó mucho. Sólo sé que mi familia estuvo allí a todas horas, haciendo turnos.
Creo que esa tarde del miércoles me subieron a planta.
Allí empezó la aventura de mis venas. Dos vías, una en cada brazo, porque la bomba del protector de estómago no podía juntarse con los sueros y antibióticos. Tenía fiebre por una flebitis en el brazo izquierdo. La bomba, me la quitaron el viernes y pasé a tomar protector de forma oral.
El viernes me repiten la gastro y ahora sí ven qué ha pasado. Una grapa, en la operación, arañó la pared del estómago y me hizo una llaga que empezó a sangrar y poco a poco se llenaba el estómago de sangre. De ahí que no pudiera comer nada.
El brazo derecho amenazaba flebitis. Lo aguanté hasta el lunes por la mañana, cuando ya me dieron el alta y efectivamente, flebitis.
Ahora llevo dos días en casa, con mis pautas, todo bien, muy cansada porque la pérdida de sangre me ha provocado anemia, pero recuperándome.
Ya he perdido 11kg.
Sólo me queda decir que todo ha valido la pena.
Lo habría hecho aún sabiendo todo lo que ha pasado. Por eso quiero decir a todos los que aún esperan para la operación, que no abandonen, que es lo mejor que se puede hacer.
Estoy muy feliz.