LO MIO ES EXCESO DE INTELIGENCIA.
TENGO TAL CANTIDAD, QUE NO ME CABE EN LA CABEZA Y HA TENIDO QUE REPARTIRSE POR TODO EL CUERPO.
NO SÉ QUIÉN DIJO ESTO, PERO TENÍA MUCHÍSIMA RAZÓN.

lunes, 20 de julio de 2009

PRESENTACIÓN - EL PRIMER PASO




Me llamo Anna, 49 años, casada desde hace casi 32 y con tres hijos: los pequeños son gemelos de 30 años, el mayor, 14 meses más.

En este momento, a 20 de Julio de 2009, soy una persona obesa.

El pasado mes de Octubre de 2008 decidí, por enésima vez, adelgazar. ¿Otra vez?
¡Ésta es la buena!
La verdad, es que estaba más convencida que otras veces, pero sabía que podía durar poco.

Me presento, a la hora convenida, en el ambulatorio. La enfermera, Montse, me pesa (126 kg.), me mide (1,71 m.) y me toma la tensión (16-10), es alta.
Visita con la doctora Romero. Analítica. Todo bien.
Me programa visita con el endocrino porque, opina, me convendría medicación para ayudarme. Me conoce un poco y sabe que hago bien la dieta una temporada, pero llega un momento en que me quedo estancada en un peso y me desanimo.
Hasta el día de la visita hago la dieta a trompicones, un día bien y el otro no tanto.
Así hasta Febrero.

Endocrino.
Un doctor joven, no recuerdo el nombre. Muy amable, me dice que estando bien de salud es una lástima perder años de vida por la obesidad. Que me puede medicar, pero tendrá que ser para siempre. Que puedo caer en depresión...más medicación, también de por vida.
Conclusión: es mejor "cortar por lo sano", nunca mejor dicho.
Y me aconseja cirugía bariátrica.
Y también me cuenta, para tranquilizarme, que es una operación "rutinaria", que con buena salud se eliminan muchos riesgos y, lo que me queda muy claro, que vale la pena.

Salgo de la consulta flotando, la mente casi en blanco, no puedo pensar. Es una mezcla de alegría porque veo una solución y de miedo por lo que pudiera pasar...

Me pongo inmediatamente a llamar a todo el mundo. Mi marido, familia, amigos...Todos se alegran y me animan.
Quien más quien menos, conoce alguien que se ha operado y que está muy bien y muy contento.
A José, mi marido, le da miedo. Es alérgico a los quirófanos.
Además, por mucho que el doctor me haya querido tranquilizar, todos sabemos que es una operación muy seria.

El mes de Abril me visito en endocrinología del Hospital Clínico de Barcelona.
Me recibe una doctora que me hace preguntas rutinarias que he respondido otras muchas veces.
Dice que tendré que asistir, obligatoriamente, a siete clases informativas y que en la cuarta ya podré decidir si quiero operarme. En ese caso, empezaré una serie de pruebas de todo tipo. Incluso tendré que quedarme a dormir una noche en el hospital para control de apneas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario